Iván M. Prado Rodríguez
Tareas de septiembre
A pesar de que septiembre es el mes que marca el fin del periodo estival para muchos, la verdad es que el sol, aunque algo tímido, se suele dejar ver con bastante facilidad durante este mes, lo cual siempre es de agradecer. Sobre todo después de estos últimos meses con un clima más típico de primavera que de verano. Algo que sin duda ha favorecido a los jardines que rebosan de vida y color, pues la humedad de este verano ha facilitado el crecimiento y el vigor las plantas, tanto las más queridas como las no queridas. Este hecho que nos alegra, también supone una justificación a las tareas que tendremos que realizar este mes, y que no deben descuidarse, sobre todo si no queremos tener una pequeña selva particular en el jardín.
Si no hemos sido muy perezosos en los meses anteriores, no nos supondrá mucho tiempo ni esfuerzo realizar una puesta a punto general con vistas a la nueva etapa que se acerca. Es muy importante si queremos seguir disfrutando de nuestro jardín a lo largo del otoño y del invierno.
El buen tiempo ha favorecido, probablemente, el crecimiento de malas hierbas durante los meses anteriores, por lo que no está de más repasar todos los macizos y parterres y retirar las malas hierbas antes de que estas esparzan las semillas de nuevo. Las malas hierbas propician la aparición de plagas y enfermedades por lo que es importante mantenerlas siempre bajo control. A mayores, también eliminaremos todas las plantas de temporada que estén secas o marchitas, así como todas aquellas partes de las plantas perennes que estén dañadas o mustias. Después de la limpieza, seguramente nos quedarán huecos vacíos, por lo que es un buen momento para pensar en qué plantar para embellecer esos huecos dentro del gran abanico de posibilidades que disponemos.
Debido a las continuas siegas sufridas a lo largo de la primavera y del verano, nuestro césped habrá ido perdiendo vigor, por lo no estará de más practicarle un aporte de abono para nutrir la tierra. Las nuevas sustancias se irán incorporando al césped de forma que su verdor recobre fuerza e intensidad. También reduciremos el número de siegas a una cada diez días. Si localizamos una zona del césped con demasiadas malas hierbas podemos aplicar un herbicida selectivo, para lo que ahora es buen momento ya que se produce la regresión de la savia y es más fácil eliminarlas. De todos modos no debemos olvidar que la aplicación de este tipo de herbicidas es más compleja que la realizada con uno de acción total por lo que antes de realizar cualquier aplicación lo mejor será preguntar a alguien con los conocimientos adecuados, sobre cuánto y cómo aplicarlo.
Al entrar en el otoño, la evaporación del agua disminuye a causa del descenso de temperaturas y por este motivo podemos reducir los tiempos de riego, programados para soportar el intenso sol de verano, a medida que nos acercamos a finales de septiembre. Una buena opción es dejar programado el riego durante una vez al día a primera hora de la mañana. Si vemos que el mes está siendo demasiado seco se puede incluir un nuevo tiempo de riego al atardecer.
Si tenemos plantas trepadoras sujetaremos sus brotes nuevos para que no se rompan con los primeros vientos. Acolcharemos el suelo de las plantas más delicadas aprovechando los restos de paja o césped, hojas secas y otros restos orgánicos. Con su uso, además de proteger a las plantas más delicadas de las primeras heladas, también evitaremos que salgan malas hierbas.
Desenterraremos los bulbos y tubérculos de las variedades no resistentes al frío (dalias, begonias tuberosas,…) y los guardaremos en un lugar seco. También cortaremos los tallos secos y flores marchitas de las plantas vivaces.
Si queremos dar un toque de color a nuestro jardín cuando la mayoría de las flores comienzan a desaparecer, podemos plantar crisantemos de otoño, ciclamen o pensamientos, por ejemplo. Para esto prepararemos previamente el terreno, volteándolo para airearlo, e incluso agregándole tierra orgánica si el suelo es pobre. También podemos aprovechar para empezar a plantar bulbos de invierno como tulipanes, jacintos y narcisos. Una plantación escalonada favorecerá que tengamos flores durante mucho más tiempo.
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