Rojas, rosas, amarillas, blancas, naranjas, verdes o fucsias, las flores de los crisantemos son sin duda unas de las más alegres y duraderas que podemos encontrar en el mercado, por lo que no es raro descubrir que están entre las plantas de flor más conocidas y utilizadas. Sus llamativas flores son habitualmente utilizadas como flor cortada y su época natural de floración las han convertido en unas de las más demandadas para decorar los cementerios en el día de Todos los Santos. Esto ha propiciado que en gran parte de España, la belleza y el colorido de sus flores hayan quedado relegados a sentimientos de nostalgia y melancolía. Pero por suerte no ocurre lo mismo en otros países, en donde su uso como flor cortada para fines no funerarios es uno de los más demandados. De hecho, en Japón, su cultivo y utilización es de tal importancia que está considerada la flor nacional. En otros países su flor simboliza fortuna, sabiduría, honestidad y energía positiva, por lo que su uso exclusivo para día de Difuntos debería de reconsiderarse, sobre todo en esta época en donde las flores de jardín empiezan a decaer.
Los crisantemos constituyen un amplio grupo de plantas en el que encontramos especies anuales y vivaces. Su introducción en Europa desde el Extremo Oriente data de principios del siglo XVIII. Entre las especies más conocidas existe una gran variedad de formas y colores. Los crisantemos más populares se caracterizan por ser de porte medio, poseer hojas profundamente lobuladas, a menudo plumosas, de forma entre ovalada y lanceolada, y unas flores de apariencia muy similar a la de las margaritas, es decir, la típica flor con un centro rodeado de pétalos. Sus flores pueden ser grandes o pequeñas, simples, dobles y hasta las hay completamente constituidas por una enredada maraña de pétalos que les confiere un aspecto esférico. Las distintas épocas de floración van desde la mitad del verano hasta la mitad del otoño, dependiendo del grupo de que se trate. La gama de colores es muy diversa, al igual que la forma que pueden presentar las flores, por lo que las posibilidades decorativas que nos ofrecen son enormes.
Su uso en jardinería es muy variado, ya sea en macizos constituidos únicamente por distintas variedades de crisantemos, como parte de grupos mixtos, o en arriates y bordes que incluyan distintos tipos de plantas. A la hora de combinarlos debemos tener muy en cuenta los colores, tanto de los propios crisantemos como de las otras plantas, asegurándonos de que armonicen entre ellos. Su utilización en interior también es posible gracias a los distintos híbridos que existen de esta planta. Los crisantemos de interior son de porte bajo y compacto, y abundante follaje. La floración suele ocurrir durante todo el año, lo que los convierte en unas plantas muy alegres y decorativas.
Los crisantemos son plantas poco exigentes, muy resistentes y fáciles de cultivar. A la hora de situarlos en el jardín, elegiremos siempre una zona soleada y luminosa, donde el suelo sea permeable ya que no tolera el agua encharcada. A mayores debemos asegurarle un suelo rico en nutrientes, por lo que en el momento de la preparación de la tierra incorporaremos algún fertilizante, químico u orgánico.
La poda se reduce a la eliminación de los tallos secos en invierno. Algunas especies admiten ser multiplicadas mediante esquejes tomados a final de verano, aunque la manera más eficaz de hacerlo es por división de las matas, la cual se realizará en primavera. La división de matas en recomendable hacerla cada cuatro o cinco años.
Entre las curiosidades de esta planta, destaca el piretro (Chrysanthemun cinerariefolium), un crisantemo que da nombre a uno de los insecticidas y repelentes naturales más utilizados en la actualidad: las piretrinas. Este insecticida se obtiene a partir del aceite de las semillas secas y se comercializa como solución o en polvo. Este insecticida es biodegradable y se descompone fácilmente si está expuesto a la radiación solar, si bien es tóxico tanto para los peces, las aves y los mamíferos por lo que a la hora de utilizarlo hay que hacerlo con las medidas de seguridad adecuadas.
Comprè un Crisantemo de color marrón a finales de Octubre y le tengo en un balcón muy soleado en verano y con mucha luz y humedad en invierno y me gustaría saber si lo tengo en el sitio adecuado e incluso si lo puedo tener en el interior…ya que es una maceta demasiado grande y me da miedo que la planta crezca demasiado y ya no me quepa.
Gracias…Espero su respuesta.
Hola Carmen, gracias por tu pregunta y perdona por la tardanza en responderte, los crisantemos son plantas poco exigentes, muy resistentes y fáciles de cultivar si se trasplantan en tierra directamente. A la hora de situarlos, se debe elegir una zona soleada y luminosa, donde el suelo sea permeable pues no tolera el agua encharcada. A mayores debemos asegurarle un suelo rico en nutrientes, por lo que en el momento de la preparación de la tierra, se debe incorporar algún fertilizante, químico u orgánico.
Después de la floración, habrá que podarla. Y volver a pinzarla en verano, de forma que se le dará forma, y aseguremos una bonita floración.
El cultivo en maceta es más complicado, pues la tierra de la misma debe regarse, y quedar seca entre riego y riego. Si no le pusiste un sistema de drenaje que impida que el sustrato se encharque, es muy seguro que la planta pudra por las raíces. Si lo quieres dejar en maceta tienes que evitar que se moje con el agua de la lluvia, y regarlo de forma que se asegure de que el sustrato no llega a encharcarse nunca, y que se seca entre riego y riego.
El cultivo en casa también es complicado, al ser una planta de exterior, la escasez de humedad ambiental no lo lleva nada bien. En este caso el tema de riego es más fácil de controlar, pero la falta de humedad ambiental seguramente provocará defoliación en la planta (le suele pasar a la mayoría de las plantas exterior). Se puede pulverizar las hojas para aumentar la humedad ambienta, pero el problema es que con el calor que suele haber en casa y con la humedad en las hojas, la planta puede acabar cogiendo hongos
Un saludo!!