Iván M. Prado Rodríguez
La Carrasquilla azul
Hoy hablaremos de una planta que seguro que alguno ha visto alguna vez en esta época paseado por el campo o por caminos un poco apartados de la ciudad. La Lithodora difusa, comúnmente conocida como carrasquilla azul, es una alegre planta tapizante muy utilizada en rocallas, donde su aparente fragilidad y su porte rastrero cubierto de pequeñas flores azules aportan un toque de color muy interesante que contrasta a la perfección con la rigidez de las rocas.
El género Lithodora comprende siete especies arbustivas y semiarbustivas originarias de Europa, Asia menor y Norte de África. Plantas perennes, tapizantes, compactas y de pequeño porte, que no suelen sobrepasar los 30 cm de altura. Sus tallos, ligeramente pilosos, están recubiertos por hojas estrechas, pequeñas, velludas, planas y lineales, de color verde oscuro. Sus flores, de color azul o púrpura, con forma de embudo estrellado, se dejan ver en la cima de los nuevos brotes desde principios de primavera hasta el final del verano. Entre las variedades comerciales destacan: la ‘Grace Ward’ de hojas algo más pálidas y flores de un azul muy intenso; y la ‘Heavenly Blue’ de aspecto muy similar a la anterior, aunque quizás algo más compacta.
La Lithodora difusa es una planta de suelos ácidos y bien drenados, especialmente indicada para jardines de áreas frías donde las heladas sean moderadas. Soporta sin problemas una ubicación soleada, siempre y cuando el ambiente no sea demasiado seco y caluroso. Necesita de suelos pobres en nitrógeno, ricos en humus y de una humedad elevada para un correcto desarrollo, por lo que en verano, si las temperaturas son muy altas, su riego no se debería descuidar pero siempre evitando encharcarla. Una buena opción es acolchar la planta con corteza de pino o gravilla de forma que el suelo permanezca más fresco y húmedo durante los meses estivales. Durante el invierno el riego no es necesario.
Si durante el invierno las temperaturas nocturnas descienden mucho es aconsejable proteger a la carrasquilla azul con un plástico o una manta protectora, al menos durante los primeros años. A veces, si el frío es muy intenso, la parte aérea de la planta puede desaparecer para volver a brotar de nuevo al final del invierno.
Planta protegida desde 1982, puede observarse de forma natural en Galicia, Asturias y León. Es fácil, siempre que nos fijemos un poco. Un sitio habitual para encontrarla es entre las rocas o por los taludes, en zonas frescas donde haya brezo y tojos.
En general, la Lithodora difusa es una planta de desarrollo rápido que no precisa de muchos cuidados, aunque una poda severa después de la floración le ayuda a mantener un porte compacto y a estimular una floración más densa al año siguiente. En primavera la abonaremos una vez al mes, por medio de un abono líquido específico para plantas de suelos ácidos. Otra opción es esparcir cerca de la planta un abono de liberación lenta, el cual le aportará nutrientes durante tres o cuatro meses en función del tipo utilizado.
En primavera, cuando las temperaturas empiecen a aumentar, o cuando haya una elevada humedad ambiental, es recomendable vigilar a la carrasquilla azul, pues puede verse atacada por hongos o visitantes no deseados. Si ya tenemos constancia de este problema, un buen consejo es realizar un tratamiento preventivo antes de que ocurra, lo cual nos evitará muchos dolores de cabeza.
Muy utilizada como planta tapizante, su presencia en rocallas y taludes es su uso más habitual en jardinería. Su fácil mantenimiento, su elevada rusticidad, su porte bajo y su prolongada y bella floración la hacen perfecta para estos lugares. Su cultivo en maceta también es posible, aunque el sustrato que debemos utilizar es uno apropiado para especies acidófilas.
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