Iván M. Rodríguez Prado
Las tareas de Julio
Es cierto que en lo que al inicio del verano se refiere, este año el frío y la lluvia han sido los que han marcado el ritmo de nuestra horas de ocio. Pero con la llegada del mes de julio todos esperamos que el sol empiece a brillar en el jardín con toda su energía. En julio, los parques y jardines deberían rezumar color, vida y alegría. Las flores, sus aromas y los pequeños ruidos de sus visitantes diarios se dejan sentir en todos los jardines y terrazas. Las ventanas decoradas con plantas de flor lucen en esta época más bellos que nunca. Por eso, si puedes, no dudes en poner un poco de color en tu hogar o en tu centro de trabajo.
Estamos en un mes caluroso y, en principio, sin demasiadas precipitaciones, por lo que regar o rociar con agua con regularidad debe ser una tarea a tener muy en cuenta para obtener un crecimiento y una floración abundantes. El follaje seco y la caída prematura de hojas y flores suelen ser síntomas causados por un sol y calor extremos, y en caso de observarlos habrá que comprobar si a estas plantas les llega el agua de manera suficiente. A veces, con un cambio de ubicación de la planta conseguimos solucionar el problema, pero es imprescindible conocer las características de la planta que compramos para saber cual es mejor sitio donde colocarla.
El césped y las plantas expuestas al sol requieren riego casi a diario. En general, los árboles necesitan un riego profundo al menos una vez por semana. Los rociados con la manguera favorecen a muchos árboles y arbustos. Con ellos se elimina el polvo de sus hojas y cortezas, se reduce el número de insectos perjudiciales (pulgones, araña roja, minadores,…) y se mantiene un microambiente fresco en torno a las plantas. En cualquier caso, trataremos siempre de hacerlo a horas que no sean las de mayor insolación.
Las plantas en macetas y jardineras acusan con mucha mayor rapidez la falta de agua y deberán regarse a diario, incluso dos veces al día, por la mañana y la noche, si hace mucho calor. No debemos olvidarnos de comprobar si las plantas de las cestas colgantes reciben la cantidad que necesitan de agua: éstas son un caso particular y necesitan más agua que las de otros contenedores porque están más expuestas a las corrientes de aire, sufren más evaporación del agua que en el resto de plantas y en ellas la tierra se seca más fácilmente.
Hay que tener en cuenta que el lavado del terreno producido por los riegos continuos favorece la pérdida de nutrientes del suelo y su empobrecimiento. Para compensar este efecto realizaremos abonados regulares, sobre todo si no se han hecho en junio. Con ello conseguiremos que se mantenga y estimule la actividad vegetativa y la floración de muchas especies que están en plena actividad desde hace varias semanas.
Podemos mantener a raya los setos de nuestro jardín mediante las podas de mantenimiento, cortando los crecimientos. Tarea que también sirve para los arbustos con formas rígidas. No dudéis en retirar las flores marchitas de los arbustos y plantas de temporada, para así favorecer la aparición de nuevas flores. En los arbustos, al finalizar la floración, los vástagos que han tenido flor se acortan para estimular de esta manera su crecimiento.
Repasaremos las rosas del jardín. Ahora sus flores decoran el jardín, pero también pueden llenar de alegría y aroma las estancias de casa. El corte que les hagamos para recoger las flores las fortalecerá y estimulará para que vuelvan a florecer sin parar. Es preferible realizar los cortes siempre a primera o a última hora del día y, siempre que se pueda, con un buen tallo floral, de este modo nos obsequiarán con brotes más fuertes y formas en cada ejemplar más compactas y atractivas. Eliminar las rosas mustias para que no consuman nutrientes al formar fruto y resten de ese modo recursos y belleza a la planta.
Realizaremos la escarda de forma continua, para que las malas hierbas que brotan con insistencia desaparezcan de nuestros macizos anuales y vivaces y no les resten belleza. Aprovecharemos esta operación para ir quitándoles también las flores marchitas, de forma que tengamos más probabilidades de disfrutar de una segunda floración.
Por último, examinaremos nuestras plantas a menudo, y comprobaremos si tienen algún síntoma raro que nos indique la aparición de plagas y/o enfermedades. Es más fácil acabar con los problemas al inicio que una vez ya avanzados. En esta tarea no necesitaremos invertir un tiempo extra ya que podemos aprovechar cualquier otra labor de mantenimiento para llevarla a cabo.
Y recordad, un poco de esfuerzo siempre trae recompensa, sobre todo en este año de confinamiento, en el que la recolección de fruta y flores, los paseos al atardecer y los baños a la luz de la luna, en las noches calurosas, no tienen precio.
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