Iván M. Prado Rodríguez
Los Juniperus comprenden uno de los géneros más diversificados por la mano del hombre, en el cual podemos encontrar plantas muy diferentes tanto en color como en porte. Este amplio grupo de plantas nos aporta una gran variedad de soluciones para nuestro jardín dependiendo de cuáles sean nuestras necesidades.
Los Juniperus son coníferas arbustivas de hoja perenne. Sus hojas son de dos tipos, agujas (acículas) y escamas (hojas escuamiformes), las cuales pueden presentarse en plantas distintas o sobre un mismo ejemplar, en el que ocupan posiciones diferentes en función de la juventud o madurez de la rama.
La principal característica de estas plantas, aparte de su porte y crecimiento, es la coloración de sus hojas. En donde podemos encontrar interesantes especies con tonos verdes o verdes grisáceos que se vuelven rojos o cobrizos en otoño, y variedades cultivadas más llamativas de tonos dorados, amarillos, grises o azules.
En cuanto a su tamaño, los juniperus destacan por sus formas enanas o de muy lento crecimiento, encontrándonos con especies que crecen a ras de suelo, especies columnares de diferentes siluetas y especies que dan lugar a plantas desgarbadas cuyo porte es difícil de clasificar.
Los Juniperus a la hora de situarlos, prefieren lugares abiertos y soleados, pero se adaptan a la perfección a otra ubicación, desarrollándose incluso en zonas sombrías siempre que éstas no sean muy densas. Las zonas más áridas del jardín suelen ser lugares que tienden a ocupar ya que consiguen sobrevivir donde muchas otras plantas no lo hacen. Estamos ante plantas de mínimos cuidados, que suelen superar con facilidad situaciones comprometidas.
En cuanto suelos prefieren que sean arenosos y bien drenados, pero son capaces de adecuarse a casi todos. Soportan suelos calizos, ácidos, pobres y hasta moderadamente pesados. Si los plantamos en jardineras, se les debe dotar de un sistema eficaz de drenaje si no su crecimiento será escaso.
En cuanto a su mantenimiento, la poda no se recomienda, aunque si se puede efectuar en el caso de queramos contener su crecimiento o hacerlos más compactos.
Entre la multitud de especies que nos podemos encontrar en el mercado, destacan entre otros: los Juniperus communis, de porte columnar y hojas de color gris plateado; los Juniperus chinensis, en donde nos encontramos arbustos postrados hasta arbustos de gran altura. Esta especie prefiere suelos calizos y es muy sensible a ambientes húmedos; los Juniperus horizontalis, de porte rastrero, muy utilizados para tapizar suelos y taludes; los Juniperus squamata, de crecimiento bajo pero no postrado, cuyas hojas suelen ser verde claro o verde azulado; los Juniperus x media, híbridos que han dado numerosas formas cultivadas, de entre las cuales destacan las variedades semipostradas; y los Juniperus sabina, arbustos de hábitos alpinos y porte desparramado que pueden llegar a alcanzar los cuatro metros de altura. Sus hojas son de color verde oscuro.
Estamos ante un género de plantas de muchas cualidades ornamentales, por lo que son muchas las ubicaciones que pueden ocupar en nuestro jardín. Las especies de forma columnar tienden a ocupar sitios destacados, ya sea en grupo con otras coníferas o solitarias. Los Juniperus de porte desgarbado son muy adecuados para zonas de carácter informal, rústico o campestre. Las formas enanas se suelen utilizar en rocallas, así como en composiciones realizadas a base de distintos tipos de brezos y coníferas. Las formas postradas son perfectas para tapizar taludes y zonas horizontales no muy extensas.
En definitiva sea cual sea el estilo de tu jardín, un Juniperus es casi una apuesta asegura.