Iván M. Prado Rodríguez
El tratamiento del agua en los estanques
Si pensamos en un estanque pensamos en agua, y sin duda hacemos bien pues el agua es lo que genera la vida en él. Es por eso que si tenéis la suerte de contar con un estanque en vuestro jardín, el mantenimiento del agua debe ser un aspecto que no debéis descuidar, independientemente del tamaño del estanque que tengáis. Su cuidado y limpieza son fundamentales para asegura una larga vida a vuestro ecosistema particular.
Debéis de tener en cuenta que cuando se detecta el deterioro del estanque suele ser ya demasiado tarde, por lo que la mejor recomendación es vigilar el agua de forma rigurosa y periódica. Una vigilancia constante nos aporta información sobre el buen o mal estado del estanque, nos mantiene al tanto sobre la calidad del agua y nos avisa de si algún componente falta o se encuentra en exceso. Como norma general, un agua transparente y reflectante es un buen indicativo de que nuestro estanque está bien oxigenado y en adecuadas condiciones.
En el mercado existe una gran variedad de productos químicos destinados al control de los parámetros más importantes del estanque. Entre estos productos podemos encontrar iniciadores de bacterias, eliminadores de algas, reductores de lodos, estabilizadores de oxígeno, reductores de pH y clarificadores cristalinos, por citar sólo algunos.
La premisa más importante que debemos tener en cuenta a la hora del mantenimiento del agua del estanque, es la de tratar de utilizar la menor cantidad posible de estos productos químicos, independientemente del uso que tengan. Con esto no queremos decir que estos productos sean necesariamente negativos para el estanque, ni mucho menos, sino sólo que con su utilización alteramos los parámetros químicos del agua durante un periodo limitado de tiempo y que esto nos obliga a tener que corregirlos cada cierto tiempo. Por ello, siempre que podamos lo mejor será atajar el problema de raíz.
Para mantener una buena calidad del agua es importante establecer y mantener un sistema ecológico equilibrado entre la cantidad de peces, en el caso de que los hubiera, y la cantidad y variedad de plantas. Un número demasiado elevado de peces desequilibra el ciclo de nitrógeno debido a la falta de control de los desechos nitrogenados derivados de los peces y del material vegetal descompuesto, lo que a su vez implica la posibilidad de un aumento de amoníaco en el agua. El amoníaco es un eslabón intermedio necesario en el ciclo del nitrógeno, pero su extrema toxicidad para peces y plantas recomienda mantener su concentración lo más baja que sea posible: las bacterias convierten el amoníaco en nitritos, menos tóxicos, y éstos a su vez en nitratos que las plantas pueden utilizar como alimento. Si en nuestro estanque tenemos muchos peces lo mejor será instalar un filtro biológico, de forma que aseguremos que el ciclo del nitrógeno se realiza sin problemas. Los filtros biológicos proporcionan un medio adecuado para que las bacterias beneficiosas prosperen, de forma que el proceso natural del estanque funciona de modo más eficiente y permite controlar la concentración de amoníaco.
Los filtros físicos, por otra parte, también son útiles para mantener la estabilidad en la calidad del agua del estanque ya que favorecen a que se creen las condiciones óptimas que evitan la acumulación de amoníaco y nitritos. Entre ellos, los filtros ultravioletas son muy útiles para controlar las algas del agua. Este tipo de filtros lleva en su interior un tubo de luz ultravioleta en contacto con el agua del estanque. Los rayos UV-C emitidos por el tubo, modifican el ADN de los microorganismos del agua evitando que se multipliquen, de forma que se eliminan las algas unicelulares, causantes de la coloración verde que adquieren algunos estanques, las algas microscópicas que no captura el filtro mecánico y los gérmenes patógenos. Es decir, esteriliza el agua dejándola sin micro-organismos que dañen a los peces y las plantas.
Otro elemento a tener en cuenta son las bombas de aire, que funcionan aumentando el contenido de oxígeno del agua. De este modo también se contribuye a rebajar la concentración de amoníaco y a crear un ambiente más adecuado, especialmente cuando hay muchos peces en el estanque.
Los aspiradores-limpiadores de estanque limpian eficazmente, tanto los sedimentos como los excrementos y alimentos de peces, o el lodo que se encuentran en el fondo. Otros componentes de acción mecánica como las redes, mangas y skimmers permiten retirar las hojas y otras sustancias de nutrición para las algas, arrastrándolas fuera del sistema ecológico del estanque antes de que se pueda estropear.
Recordad que un estanque bien cuidado es un pequeño oasis en el jardín, y ¿quién no quiere un oasis propio?
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