Iván M. Prado Rodríguez
La forsitia
Si no sabéis qué pedir a los reyes este año y contáis con algo de espacio en el jardín, desde aquí os proponemos la forsitia (Forsythia spp.). Se trata de un alegre y resistente arbusto de hoja caduca, con una luminosa y muy llamativa floración primaveral que lo convertirá en la estrella del jardín durante unas semanas mientras el resto de las plantas empiezan, lentamente, a desperezarse del frío invierno.
La forsitia es una planta procedente de los Balcanes y de China, (también se le conoce como “Campanita china” o “Campanita dorada”). Se caracteriza por ser un arbusto vigoroso, constituido por ramas erectas que le aportan un aspecto irregular pero compacto a la vez, que puede llegar a alcanzar los 3 metros de altura. La floración ocurre al finalizar el invierno, época en la todavía se encuentra sin hojas, por lo que al cubrirla completamente de pequeñas flores amarillas hace que la planta resulte muy llamativa. Dependiendo de la especie que se trate y de su forma de cultivo el tono de las flores puede variar de amarillo claro y vivo hasta un intenso color dorado oscuro. Cuando comienza a declinar la floración empiezan a aparecer las hojas, ovaladas y de un alegre color verde que permanecen en la planta hasta bien entrado el otoño.
La forsitia es una planta fuerte y resistente, sobre todo a el frío y a sus heladas, lo cual la convierte en una planta perfecta para nuestro clima. A la hora de situarla en el jardín lo mejor será elegir un lugar algo escondido pero que a la vez este abierto y soleado, de forma que la planta tenga un desarrollo adecuado y nos regale una bella y abundante floración.
Estamos ante una planta que puede cultivarse en casi cualquier terreno, siempre y cuando no sea muy húmedo. Durante las épocas de más calor se le suministrará agua en abundancia con el fin de asegurar una buena floración para la primavera siguiente.
En general la forsitia es una planta rústica que apenas requiere cuidados. Si queremos disfrutar de una bonita floración debemos recordar que las flores se forman durante el invierno, por lo que cualquier tipo de poda se deberá de realizar una vez que haya caído la mayor parte de las flores. La poda se limita, normalmente, a eliminar desde la base aquellas varas de más de 3 o 4 años que se muestren envejecidas, pero el resto de varas no es necesario tocarlas. La Forsitia se renueva desde la base, y sus varas principales se ramifican en sus partes medias. Cada una de estas ramificaciones (brindillas) se producen sobre varas del año anterior, que darán lugar a ramilletes de flores en la segunda primavera.
De manera ocasional, podemos cortar las puntas de las ramas para igualar la silueta de la planta. También es recomendable eliminar las flores secas. De esta forma favoreceremos el desarrollo y el crecimiento de los nuevos brotes florales. En cuanto a la fertilización, podemos aportarle algo de abono orgánico cuando llegue el otoño y un aporte de fertilizantes minerales a principios de la primavera.
Soporta perfectamente las condiciones de pleno sol, aunque por las características del color que nos ofrece durante su floración podemos “jugar” con ella y situarla en zonas de semisombra para que destaque por su colorido o incluso llevarla a las zonas alejadas de nuestro jardín para que en la época de floración la sintamos más próximas a nosotros.
En cuanto a la aparición de enfermedades o plagas, hemos de mencionar las manchas o moteados de las hojas, unas manchas de color pardo-grisáceo que aparecen en las hojas con puntos negros y son producidas por hongos como la Alternaria. Se puede combatir con cobre, y las hojas que han sido atacadas las recogeremos y quemaremos. En cuanto a plagas destacan los pulgones, que producirán en nuestro arbusto unas manchas circulares pequeñas en las zonas de las picaduras.
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